"No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca."

Hebreos 10:25


¿Cuál día? El día de la venida de Jesús. Nuestro "yo", egocéntrico por naturaleza, cuando no se entrega por sí mismo dice: ¡Quiero ser libre! "Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas." Este "yo" declara su, así llamada, individualidad.


Sin embargo, estoy convencido de que, a Su regreso, el Señor quiere encontrar a los suyos reunidos como en el día de Pentecostés, cuando vino sobre ellos con Su Espíritu Santo: "Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos." ¿Tienes comunión con otros hijos de Dios?


Y si en el lugar donde usted vive no hay una verdadera comunión de personas consagradas a Dios, ¿por qué no pone su casa a disposición para que se realicen cultos y reuniones de oración? "Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón." La verdadera comunión con el Señor, que lleva al arrebatamiento, se expresa visiblemente por medio de la perseverante comunión con otros hijos de Dios.