"No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud."

Isaías 45:19


"¡Buscadme!" Esta es una exhortación del Señor que se repite muchas veces en las Escrituras. Ahora, si Dios nos exhorta que lo busquemos, entonces, también debe ser posible encontrarlo. ¿Pero cómo podemos encontrarlo? La respuesta no es ningún secreto.


Sólo hay una condición necesaria, que el Señor menciona a través del profeta Jeremías: "... me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón." No tiene sentido orar, o promover reuniones de oración, si no las llevamos a cabo de todo corazón. En Jeremías 48:10 el Señor dice: "Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová."


Orar es una cosa gloriosa, pero a la vez peligrosa, pues si no buscamos al Señor de todo corazón, entonces todo es vano. La única guía correcta para nuestro camino, la dirección que tanto necesitamos, sólo la recibimos en la presencia del Señor, cuando lo buscamos con sinceridad.